MANUEL DUQUE
Le Clair – Obscur (1955-1957)
Comisariada por Maria-Josep Balsach
19 de marzo - 1 de mayo 2022
Es la luz pura del amanecer que todo lo contiene y lo llena, que mantiene en esa su sustancialidad carente de forma. Su ser-otro es, asimismo, lo negativo simple, la tiniebla; los movimientos de su propio extrañamiento, sus creaciones en el elemento sin resistencia que representa su ser-otro, son efusiones de luz.
G.W.F. Hegel, Fenomenología del espíritu. 1959
La pintura de Manuel Duque (1919 -1998) está íntimamente ligada al nacimiento del Informalismo europeo, a la visión del arte otro que emerge de la herida de la II Guerra Mundial. Es “la noche oscura de lo humano”, escribirá María Zambrano. Aparece, en la superficie del lienzo, materia pictórica como metáfora de la carne del mundo, y el gesto como agente del movimiento del alma, materia sutil para iluminar lo que surge. Desde este grado cero, la pintura de Manuel Duque tendrá la pasión por el pur regard, luchando con la opacidad informal y concentrándose en la representación de la génesis de la luz. “Pictóricamente –escribe– me vi obligado a volver a empezar desde el principio, tomando como punto de partida el claroscuro, obtenido utilizando únicamente el blanco y el negro y rechazando toda materia. [….] Yo tenía dos colores, el blanco y el negro, que ya era, no algo, sino mucho más. […] En ningún momento quise expresar el vacío. La única cosa que buscaba era encontrar nuevos valores pictóricos en lo que yo llamaba un problema de luz.”